sábado, 19 de septiembre de 2015

El zult, selce o chel y los circuitos en la cocina del Caribe

El zult, selce o chel y los circuitos en la cocina del Caribe


Weildler Guerra Curvelo

Ver el Caribe a través de los límites arbitrarios de los países es una imperdonable  mutilación. Si trazáramos nuevos mapas a partir de la música, el arte y el comercio    podríamos observarle en movimiento y captar sus históricos flujos, las insospechadas conexiones demográficas y los dinámicos circuitos económicos y culturales de esta extensa región.  Una perspectiva singular  nos la proporciona su heterogénea cocina. De su examen detenido obtendríamos una rica y poco convencional cartografía que explicaría quizás la lógica de algunas rutas comerciales en la colonia, como aquella que los cronistas llamaron  El camino de Jerusalén que conectaba a Holanda y sus islas en el Caribe con las provincias de la Nueva Granada.

Los hondeases penetraron en el siglo XVIII bien directamente o bien a través de los contrabandistas neogranadinos al interior del virreinato. Esa presencia continua en la república a través del comercio con sus posesiones insulares en el Caribe    Las huellas de esa presencia se pueden rastrear en los platos regionales. Uno de esas preparaciones es el “ zult”  consumido extensamente  en Holanda durante la navidad.

Como ocurre con muchos platos del caribe este puede tener diferentes denominaciones en los distintos países que conforman esta vasta región.  El zult es llamado sult en el papiamento de Aruba y Curazao, selce o celse en la región de Coro, en Venezuela. En la península de la Guajira, en Colombia, se le llama chel, probablemente una castellanización de su nombre original. El profesor José Rafael Lovera, una indiscutible autoridad en la historia de la alimentación en el Caribe, le atribuye al Selce coriano un claro origen curazaleño. El chel guajiro  es un encurtido de cabeza de cerdo que  se cuece con ajo y sal y finamente se corta en delgados trozos, se enfrasca durante varios días con vinagre, picante, cebollas y pimienta para luego servirse a temperatura ambiente . Suele consumirse en navidad o en  ocasiones festivas. No se acostumbra servirle como  plato principal y puede emplearse como un entremés. Su sabor es ácido y el grado de picante va en el gusto personal o familiar. En la isla de Aruba se suele consumir con mayor grado de picante que en Colombia y es famoso el que prepara y envasa Jossy Brokke.

El mejor gusto, afirma  David Le Breton, es un prisma cultural proyectado sobre el alimento. Estas recetas, que se conservan en antiguos barrios de marineros, suelen caer en desuso asediadas de manera inclemente por la comida rápida y estandarizada que busca un comensal poco exigente y solitario. La lenta preparación de ellas conlleva pequeños e inolvidables rituales para compartirla. De esta forma  el sabor del mundo, se experimenta ante todo en el goce de alimentarse con comidas cargadas de historia, que nos vinculan a los demás y que nos conectan con otros lugares del Caribe y Europa,, con sociedades cercanas o distantes  con las que hemos estado vinculados en el pasado por antiguos circuitos, por rutas abiertas o clandestinas como el olvidado camino de Jerusalén.

wilderguerra@gmail.com







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