Weildler Guerra Curvelo
Con gran despliegue publicitario una de las grandes cadenas de televisión colombiana anuncia la llegada al país del programa Caso Cerrado producido por la cadena Telemundo. Conducido por la cubana Ana Maria Polo el formato de Caso Cerrado es similar al de otros “talk shows” hispanoamericanos dirigidos a un público con escasa formación. Con el ánimo de impartir justicia se presentan ante su estrado diversas situaciones de la vida real que con frecuencia incluyen querellas intrafamiliares, malformaciones físicas, abusos sexuales y, en general, una diversidad de dramas sociales que atraen la innata curiosidad del televidente por las desgracias ajenas. En ocasiones tales casos son presentados bajo la forma de periodismo investigativo pero en la práctica se acercan más a un modelo ampliamente extendido de voyerismo y entretenimiento morboso.
Un arquetipo extensamente conocido de estos programas es el de la peruana Laura Bozzo conocido como Laura en América. Este contemplaba diariamente una prolongada inmersión en las profundidades de las degradaciones humanas presentando casos donde se denigraba a las personas presentándoles como acosadoras, violadoras e incestuosas. Quienes participaban en tal farsa obtenían a cambio incentivos económicos. La indignación en el Perú fue tal que su programa televisivo fue considerado casi de manera unánime como una vergüenza nacional. Pero la propia vida de Laura se parecía a una de sus emisiones ya que en el año 2002 fue encarcelada por haber estado al servicio del régimen dictatorial de Alberto Fujimori. Rechazado enérgicamente en España y Ecuador su programa fue suspendido en Chile en donde la Comisión Nacional de Televisión consideró que afectaba la dignidad humana por la vía de la humillación.
Y ahora llega a Colombia Caso Cerrado que ya estuvo en el pasado con escasa audiencia. Este se presenta como un programa basado en hechos reales cuidadosamente investigados antes de ser presentados a los televidentes. Ello no es cierto. La mayor parte de sus programas son montajes y en varias ocasiones el público hispanoamericano ha detectado en ellos a reconocidos actores profesionales. Para corroborar lo anterior solo es necesario recordar el vergonzoso suceso ocurrido el año pasado entre los responsables de Caso Cerrado y los miembros del pueblo wayuu.
Pagando varios miles de dólares a un puñado de colombianos necesitados de ingresos, les colocaron atuendos indígenas e hicieron un montaje denigrante sobre esta cultura amerindia. Para atraer el morbo de sus espectadores aseveraron que los wayuu practicaban la mutilación genital femenina a sus niñas. Las actrices aseguraron ser indígenas que habían sido víctimas de tal práctica en su infancia. La experta en cultura wayuu que llevaron al escenario resultó ser una fotógrafa de Valledupar, el palabrero una especie de chaman apache. El programa fue visto por millones de personas que enviaron incontables mensajes en contra del pueblo wayuu. Las fundaciones que adelantaban programas en favor de la niñez indígena sufrieron el retiro de sus habituales donantes. Ni la cadena Telemundo, ni los responsables de Caso Cerrado, ni la presentadora Ana Maria Polo ofrecieron la menor disculpa a los funcionarios consulares colombianos o a las autoridades tradicionales indígenas. Hasta hoy no han rectificado su infame afirmación y mientras sea así seguirá abierto.
Su llegada se anuncia con gran despliegue como si fuesen heraldos de la civilización pero en realidad estos programas forman parte de algo que puede ser llamado las cloacas de la entretención.
.
wilderguerra@gmail.com
<photo id="1" />
No hay comentarios:
Publicar un comentario